Crear y
escribir historias para niñas y niños es una tarea literaria para valientes
corazones dispuestos a correr detrás de letras escarlatas, cuentos fantásticos y
personajes eternos.
A finales
del siglo XIX, Jose Martí intuyó la importancia de una escritura para la
infancia y dio existencia a La Edad de
Oro, una publicación bellamente ilustrada, con cuentos, ensayos y poesías “para
que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy, en América,
y en las demás tierras; y cómo se hacen tantas cosas de cristal y de hierro, y
las máquinas de vapor, y los puentes colgantes, y la luz eléctrica; para que
cuando el niño vea una piedra de color sepa por qué tiene colores la piedra, y
que quiere decir cada color; para que el niño conozca los libros famosos donde
se cuentan las batallas y las religiones de los pueblos antiguos…” En su corta
pero intensa hazaña, y antes de emprender otras batallas, Martí logró editar
cuatro números de la revista que hoy constituyen un patrimonio literario cubano
y latinoamericano.
A este
lado del continente, en el litoral recóndito,
a finales del convulsionado siglo XX surge la obra de Mary Grueso Romero, una
ilustre maestra y escritora afrocolombiana, nacida en Guapi y cuyas letras han
acentuado la voz de la chonta y el canalete en destacados escenarios
internacionales.
Una de las
“Almanegras” en el Encuentro Nacional de Mujeres Poetas que se celebra desde
hace treinta años en el Mueso Rayo de Roldanillo, Mary Grueso llegó en 1995 colmada
de negritud y amor en su palabra, y para enaltecer la existencia de las poetas
afrocolombianas. Grande en su voz y ternura, conmovedora en su memoria completa de la
niñez del río y del mangle, Mary Grueso es una escritora generosamente entera
en sus cuentos de espejos, muñecos de pan y baúles de recuerdos. Escribe para
que las niñas y los niños afrocolombianos se reconozcan en su bella y altiva
distinción racial. Escribe para que todos y todas aprendamos de esa ensoñación
que proviene de una antigua África, traducida y recreada entre marimbas y
abozaos.
Estamos
frente a la pionera de la literatura infantil afrocolombiana, un género
maravilloso para acompañar a las nuevas generaciones de este siglo de
diferencias con derecho.
La “Muñeca Negra”, su opera prima, ha recorrido ya los caminos de la selva,
el llano y los andes, entre pupitres y patios de recreo que la oyen, le creen y
le aplauden asombrosamente aterrados. También por las Antillas y Centroamérica
la muñeca de Mary Grueso ha narrado su verdad de juegos inventados donde no hay
juguetes.
La Muñeca
Negra, al igual que su autora, nació a mediados del siglo XX, en medio de
pescadores, casas grandes de madera y devoción a los santos. De puño y letra de
sus recuerdos, Mary Grueso le dio vida y color a sus recuerdos y remembranzas más
preciadas.
Su
literatura infantil es la medida de su trasegar como maestra de escuela
primaria, donde tejió por años y años los recuerdos y alimentó con papel los
recuerdos más extraviados. Ella con la historia de su muñeca de pan que se
bautiza y se come, con su muñeca negra, nos ha regalado una nueva metáfora
sobre la infancia.
Su encanto
consiste en proveernos de seres de carne y hueso -de menos de un metro de
altura- que cuentan hechos creíbles, que ocurren a pocas horas de aquí, donde
la cordillera y el agua se funden en manigua.
La “Muñeca
Negra” es una inolvidable lección de vida sobre lo ya dicho en innumerables
estudios, y es que los niños y las niñas necesitan
encontrar en los cuentos y los libros que leen el espejo de su existencia, de
su historia en el mundo, de sus cuerpos, sus bocas y sus rostros. En últimas
como lo han escrito Martí y Grueso, esta literatura es para llenarles el alma
de valor y ensoñación, sobre todo en un mundo globalizado por iconografías que
han hecho de la Sirenita y la Barbie un monopolio de la identidad.
Se
acabó mi cuento, sea mentira o sea verdad,
que se lo lleve el viento a recorrer la mar
http://www.elpueblo.com.co/elnuevoliberal/mary-grueso-romero-literatura-afrocolombiana-para-el-mundo/
El cuento de la muñeca de trapo es excelente para representar los sentimientos de quienes somos de piel trigueña , pero tenemos el corazón ·negro como una aceituna". Pero no se como conseguir más de sus publicaciones.
ResponderEliminarEl cuento de la muñeca de trapo es excelente para representar los sentimientos de quienes somos de piel trigueña , pero tenemos el corazón ·negro como una aceituna". Pero no se como conseguir más de sus publicaciones.
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