lunes, 27 de marzo de 2023

Graciela Bolaños, pedagoga comunitaria (En memoria)

En medio de una profunda tristeza escribo estas palabras para abrazar con amor y gratitud la memoria de Graciela Bolaños, una de las mayores pensadoras y pedagogas de la interculturalidad en América Latina. Una mujer nariñense y egresada de una escuela normal superior, cuya profesión existencial fue ser una maestra comunitaria.  

Siendo muy joven, asumió la causa de los oprimidos por el terraje y la iglesia docente y pasó de ser una joven funcionaria del INCORA en el censo indígena para convertirse en colaboradora solidaria del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC)

Su arduo y tesonero trabajo en estas cinco décadas de existencia del CRIC, está plasmado en el modelo de formación pedagógica de maestras y dinamizadores responsables de los procesos comunitarios del Sistema Educativo Propio SEIP y la Universidad Autónoma Indígena Intercultural UAIIN.

Graciela fue también, la gran maestra de generaciones de jóvenes que arribamos al Cauca desde los años ochenta hasta hoy día, para reaprender lo que nuestras universidades nos habían enseñado mal. Con ella y de la mano de líderes, docentes y colaboradores, vimos tejer una política cultural denominada la “pedagogía comunitaria”, construida desde las bases y con una increíble dosis de valentía e inteligencia. Eran otros tiempos, con una cruda violencia contra el CRIC, de la cual Graciela fue víctima y heroína durante los años del estatuto de seguridad de Turbay Ayala.

Su casa, su saber y su cariño fueron siempre un brazo tendido para compañeras, amigos y jóvenes universitarios. Muchas personalidades académicas en el ámbito de la educación intercultural y de la historia del movimiento indígena, le deben a las conversaciones con Graciela, páginas enteras de sabiduría.

Al lado de Pablo Tattay, compañero de su camino y padre de sus hijos, levantaron una familia extendida que comenzaba y terminaba en el CRIC. Libia y Pablo, sus amados hijos, heredaron de ambos la tenacidad y la pasión por las luchas de los pueblos originarios.

Aunque Graciela no era una mujer caucana de nacimiento, conocía como nadie cada terruño de este departamento. Hizo durante toda su vida una gran travesía acompañando y sembrando educación comunitaria en el marco de la recuperación de las tierras de resguardo y el fortalecimiento de los cabildos.  La germinación de este proceso fue dando con el paso de los años, retoños en muchas geografías de la nación. Por eso el duelo que enfrentamos con su muerte es nacional y continental.

Siempre tuvo un instante para escuchar, una risa para analizar las situaciones más dilemáticas y una increíble inteligencia para conversar con el estado y sus funcionarios de turno.  Nos enseñó con su ejemplo, el valor de la praxis y las limitaciones de los títulos universitarios y el exceso de teoría.

En abril de 2019 en el marco del VIII Encuentro Internacional de Historia Oral realizado en Bogotá, hizo una intervención emblemática, que nos recordó las luchas que libraron cientos de miles de docentes y líderes para lograr el derecho a educarse de manera intercultural, comunitaria y autónoma, e insistió en “la urgencia de llevar estas historias a las escuelas colombianas, para que las nuevas generaciones reconocieran estos ideales de justicia y pudieran sentir orgullo y admiración”.

Su legado es inconmensurable, tanto en el ámbito de las ideas, como en el de las acciones, pues trascendió la manera como tradicionalmente concebimos en Colombia la pedagogía, la escuela y el maestro.  Su increíble capacidad reflexiva y su infatigable labor como investigadora, le sirvieron para poner en diálogo la educación popular de Paulo Freire y las concepciones educativas de las culturas Nasa y Misak fundamentalmente.

El país académico y el país político de la “educación” debe reconocer en Graciela Bolaños una intelectual sobresaliente, cuyos aportes aun no son visibles en su verdadera profundidad e impacto.  

La joven normalista de Potosí se convirtió en maestra de un movimiento y activista de una causa educativa y cultural latinoamericana.   

Más de un trabajo de tesis de pregrado, maestría y doctorado lleva su nombre impreso en las páginas de agradecimiento, en citas textuales de entrevistas y en las referencias bibliográficas. Porque así era Graciela, generosa, aguda e incansable intelectual de este sur.

¡Te vamos a extrañar mucho querida maestra!

25 de agosto de 2021