viernes, 31 de julio de 2015

La pedagogía de la Madre Tierra




El derrame de petróleo en los océanos, la disminución forestal de la selva Amazónica, el deshielo de los polos, la reducción de las áreas de páramo, el avance de la desertización en casi todos los continentes, y las decenas de tragedias ambientales que ocurren a diario a causa de las acciones humanas, constituyen un serio motivo para reflexionar sobre el devenir de nuestra especie en el planeta. También los graves problemas de desnutrición y obesidad infantil en muchas regiones del mundo son resultado de una tremenda ecuación: somos lo que comemos. Algunos consumen tantas calorías diarias que enferman poco a poco con lo que llevan a su boca. Otros por el contrario, ingieren tan pocos alimentos que sus estómagos llegan al punto de rechazar ciertos nutrientes. Miles de campesinos resisten  la guerra desigual que les han declarado los señores de los transgénicos que llenan los supermercados con arroz y aceite de soya a bajo precio. Sabemos que la crisis llegó a casa después de dos largos siglos de explotación desmedida del prójimo y de la naturaleza.   

Particularmente Colombia y algunos países del continente americano cuentan al interior de sus naciones con una increíble riqueza de conocimientos y saberes culturales sobre nuestro entorno, que de ser respetados y atendidos, seguramente podrían darnos respuestas para comprender que hacer ante este lamentable estado de cosas en que nos encontramos. 

Desde la Tierra del Fuego hasta los límites con Alaska, muchos de los pueblos originarios, campesinos y afrodescendientes aun hoy todavía realizan prácticas inteligentes y equilibradas para conseguir el alimento cotidiano, poner leños en las hornillas domésticas, pescar y cazar en baja escala, cuidar su salud y cosechar para la venta local. Aunque estas formas de vida han sido condenadas a desaparecer por la pluma endiosada de los grandes economistas, o han sido satanizadas por los promotores del desarrollo de los “subdesarrollados”, lo cierto es que a pesar de todo esto, siguen vigentes y enseñando mucho sobre lo que debería hacerse para revertir las hambrunas y muertes que la fiebre del mercado global ha producido a lo largo y ancho de lo que conocemos como nuestra Tierra.

En el 2006 el grupo Diverser de la Universidad de Antioquia decidió abrir sus sentidos a estas llamadas provenientes del mundo de los sabedores y las salvaguardas que habitan en las comunidades indígenas de varios departamentos del país, y se dieron a la tarea de construir colectivamente con la Organización Indígena de Antioquia –OIA-, el primer programa universitario bajo el enfoque de la defensa de la Madre Tierra y en sintonía con los planes de vida de los pueblos indígenas. Se trata de una licenciatura que forma maestros y maestras en esta pedagogía del cuidado y la convivencia, con un plan de estudios en el  cual dialogan las disciplinas occidentales científicas y las cosmovisiones de los pueblos originarios. Su modelo escolar transcurre en encuentros comunitarios en  la ciudadela universitaria de Medellín y en los territorios de los pueblos.  La idea de esta Licenciatura surgió ante la necesidad de preparar educadores y educadoras indígenas para la formación escolar de las nuevas generaciones en un momento en el que la vida actual de los pueblos requiere de una existencia y convivencia digna. Con este convencimiento iniciaron clases en el 2009 y cuatro años después  graduaron al primer grupo de 67 egresados  indígenas provenientes de las etnias de Antioquia, Cauca, Chocó, Sucre y Guajira.
En palabras de Abadio Green Stocel, docente Kuna Tule, se trata de comprender que todos los pueblos indígenas de la tierra, todos, absolutamente todos, decimos que la tierra es nuestra madre, que todos los seres que habitamos somos sus hijas e hijos, porque dependemos de ella en cada instante de nuestras vidas, porque la estructura de nuestro cuerpo es igual al de la tierra. Nuestro hígado, nuestros pulmones, nuestros huesos, la sangre que corre por nuestras venas son iguales a las quebradas, a las montañas, a los diferentes ecosistemas que hay en la madre tierra…” 

A los terrenos de la educación superior ha llegado el debate de la Madre Tierra y sería provechoso que el conjunto del sistema educativo colombiano se dispusiera un poco para aprender de este nuevo capítulo que se escribe a varias manos, entre diversas culturas y a varias lenguas. 

http://www.elpueblo.com.co/elnuevoliberal/la-pedagogia-de-la-madre-tierra/

 http://www.faceducacion.org/madretierra/









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