domingo, 7 de junio de 2015

30 años de Casita de Niños, educación desde la cultura



Cuando la expansión cañera comenzó sus estragos en el norte del Cauca, por allá a finales de los años ochenta del siglo pasado, muchas familias de comunidades negras deslumbradas por el espejismo del “progreso” en Cali, vendieron sus tierras a los ingenios y perdieron el sustento de la agricultura. Poco a poco cientos de ellos y ellas terminaron como corteros en lo que fueran sus antiguos sembríos de plátano y cacao, o como domésticas en la gran ciudad. Esta situación produjo dramáticos cambios en las formas de vida de las poblaciones circundantes a la “mancha verde”.  Los núcleos familiares se desarticulaban con la migración producida por el cambio en la economía campesina, y muchas mujeres ya no podían asumir las tareas del cuidado y crianza de sus hijos, pues se habían convertido en mano de obra del norte del Cauca. Tampoco se contaba con una oferta institucional que atendiera las necesidades de protección y educación de menores de cinco años que no estaban en edad de asistir a la escuela.
 
Ante este crudo panorama el grupo comunitario de La Balsa en el municipio de Buenos Aires- Cauca, decidió crear la Asociación Casita de Niños  para cuidar y educar sus infantes de acuerdo a la cultura afronortecaucana.  Este proceso inició con las uñas, como todo lo grandioso que se ha construido en esta región, y logró sostenerse y crecer paso a paso a tal punto que hoy en día es considerada una experiencia pionera en materia de educación inicial y de etnoeducación afrocolombiana. En el año 2007 el grupo de fundadores recibió el Premio Alejandro Angel Escobar en la nominación de Solidaridad por el ejemplar proceso adelantado en pro de los derechos de la infancia afrocolombiana. Se trata de una experiencia que se alimenta de los saberes y prácticas de crianza que estas comunidades preservan de su herencia africana, así como de sus procesos de intercambio cultural.  Sus maestras son egresadas de la Casita que hoy en día recuerdan con profunda gratitud las lecciones de vida que recibieron cuando eran apenas unas chiquillas.

La Casita de Niños es una casa abierta, sencilla y muy parecida a las de las familias de la zona, donde los niños y las niñas aprenden de las plantas que curan el dolor de cabeza, de las historias de los abuelos que los visitan a diario y de la siembra del plátano.  Allí reina el mundo de la infancia y la cultura afro de la comunidad,  se bailan las fugas y se oyen los violines antiguos interpretados por los mayores.     

En diciembre del 2014 Casita de Niños cumplió tres décadas de existencia. Treinta años equivalentes a varias decenas de generaciones de profesionales, líderes y docentes que pasaron por este camino en el cual forjaron su sentido de pertenencia, identidad y aprecio comunitario.

Los expertos en estos temas insisten que la educación durante los primeros años de vida es el pilar de todo el proceso de escolarización que viene luego. Es en esta etapa, según sus opiniones,  cuando se aprende a vivir con los otros y con uno mismo, es decir se adquiere  la esencia de lo moral y lo social.

La comunidad de La Balsa entendió muy bien que educar a los más pequeños es una labor trascendental que no se puede delegar en extraños y que debe hacerse de acuerdo con la cultura a la cual pertenecen los niños y las niñas. Ahora que ha pasado suficiente tiempo de poner en práctica esta sencilla y profunda convicción, Casita de Niños tiene mucho que enseñarle a una sociedad que tiene cuentas pendientes en materia de derechos de primera infancia.

Leer más:
http://www.elpueblo.com.co/elnuevoliberal/casita-de-ninos-educacion-para-la-vida/
http://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/PYS/article/view/782










No hay comentarios:

Publicar un comentario